La anorexia es la inanición autoinducida (negarse a sí mismo las comidas) y la pérdida excesiva de peso. Se caracteriza porque el afectado se niega a mantener su cuerpo con un peso situado dentro de los límites de la normalidad, ya que siente un miedo enfermizo de aumentar de peso o llegar a ser obeso y un deseo intenso de ser delgado. Otro factor propio e importante son los signos y síntomas médicos producidos por la desnutrición, tales como la amenorrea, entre otros.
Esta enfermedad presenta dos niveles de peligrosidad, por esta razón se habla de anorexias leves y anorexias graves. Las primeras son más frecuentes y alcanzan grados leves de desnutrición; mientras que las segundas representan alto peligro por el desarrollo de las enfermedades que conllevan (desnutrición severa, amenorrea, baja de defensas, entre otras); pero ambas presentan la misma exagerada preocupación por el peso y por ser delgado.
La anorexia severa presenta todos los síntomas y puede llevar a un riesgo de muerte. Se podría decir que en muchos casos la anorexia corresponde a una alteración psicótica cuando hay una alteración de la imagen corporal, que es una alteración del juicio de la realidad. “Si uno está flaco y se ve gordo, es porque no está viendo la realidad como es”-dice el Dr. Noguera-, por esa razón se puede considerar que un grupo importante de pacientes presentan psicosis, y a con frecuencia, requieren tratamiento con medicamentos antipsicóticos.
Existen dos subtipos, el restrictivo y el purgativo. El primero corresponde a los comportamientos en que se disminuye la ingesta de calorías y el segundo consiste en el uso de diuréticos y/o laxantes y vomitivos. Ambos subtipos se pueden sobreponer uno a otro o combinarse de diferentes formas.
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